El camino (Miguel Delibes)

 Este verano estamos buscando en Twitter la mejor novela en español del siglo XX. Las 32 obras seleccionadas se han enfrentado a lo largo de tres emocionantes eliminatorias que han dado lugar a las cuatro finalistas: El caminoLos santos inocentes, Cien años de soledad y Crónica de una muerte anunciada. Ninguna necesita presentación pero, por si te sirve de ayuda a la hora de votar, te ofrecemos un breve comentario de cada una de ellas.

 


"Las cosas podían haber sucedido de cualquier otra manera y , sin embargo, sucedieron así".

El camino ha sido el camino (valga la redundancia) de entrada a la lectura de muchas generaciones de españoles. Publicada en 1950, era la tercera novela de Miguel Delibes tras su destacado debut con La sombra del ciprés es alargada (premio Nadal en 1947) y la no tan buena Aún es de día, y en ella encontramos elementos que ya serán inherentes en la producción literaria del vallisoletano: su amor por la naturaleza, su dominio del medio rural y la sensibilidad con la que trata a sus personajes infantiles.

Resulta curioso que no tuviera una acogida demasiado favorable por parte del público en su momento. Sin embargo, su estela fue haciéndose cada vez más grande hasta acabar convertida en lo que es hoy: uno de los incuestionables clásicos contemporáneos de la literatura española.

El camino comienza la noche antes de que Daniel, el Mochuelo, abandone el pueblo. Su padre quiere que vaya a la ciudad a labrarse un porvenir pero el chico, a sus once años, cree que su lugar está ahí, con sus amigos, la naturaleza y las gentes del pueblo. A parir de ese momento comienza a rememorar sus andanzas junto a sus inseparables Germán, el Tiñoso, y Roque, el Moñigo. Según palabras del propio Delibes, "Estos niños que corretean y hacen travesuras a lo largo de las páginas de mis libros pueden ser niños burgueses o de gente bien, o niños olvidados, pobres y desatendidos, pero hay uno, el Mochuelo, en la […] novela El camino, que no es ni lo uno ni lo otro, que viene a resumir el sentido de mi obra ante el progreso y, en consecuencia, uno de los pilares en que aquélla se asienta: la defensa de la naturaleza".

Una de las muchas virtudes de esta novela es que admite múltiples lecturas. Para los ojos del niño o el adolescente que se adentra en sus páginas puede ser un libro de aventuras rural. Para el adulto, un grito contra la civilización y una reflexión sobre el sentido de la vida. Y siempre, un libro que se lee con gusto y que sigue vigente a pesar del paso del tiempo.

Han dicho de El camino...

Sergio del Molino: En El camino está ya todo el Delibes posterior.

Jesús Aguado: En esta novela las cosas son inexplicables, razonables, pertinentes, lógicas, prohibidas, ineluctables, distintas, bonitas (o muy bonitas), confusas, públicas, decididas, precisas.

Javier Úbeda Ibáñez: dada la magia de la literatura que solo logran alcanzar los grandes autores de todos los tiempos, la historia cala, trasciende, ahonda en nuestros espíritus y alcanza la universalidad, pese a que el tiempo pase y los lectores cada vez sean distintos El camino será siempre El camino.

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