Sidi (Arturo Pérez Reverte)

Es una novela violenta, que te trasporta a lo más crudo de unas batallas que, aunque sucedieron hace siglos, bien podrían extrapolarse a la actualidad. Habla del miedo, de la muerte y de la sangre, pero también del deber y de la lealtad.

Mezclando elementos reales y novelescos, Pérez-Reverte parte del destierro de Ruy Díaz, expulsado de Castilla por el rey Alfonso hacía el año 1080, para narrarnos una historia que no pretende ensalzar la figura de El Cid Campeador, muchas veces utilizada con fines políticos o nacionalistas en siglos posteriores. Aquí no estamos ante el héroe cristiano, ante el azote de los moros, sino ante un mercenario en busca de pan para él y los suyos, lo cual no lo hace mejor ni peor, sólo más humano. 

Sirvió a reyes cristianos, pero también a musulmanes, y Reverte se esfuerza en eliminar las connotaciones negativas que pueda tener la palabra mercenario. Sidi era leal con quien le pagaba y, sobre todo, con su gente. Y esa palabra, lealtad, aunque sea pagada, creo que es sobre la que orbita toda la novela.