Los santos inocentes (Miguel Delibes)

 Este verano estamos buscando en Twitter la mejor novela en español del siglo XX. Las 32 obras seleccionadas se han enfrentado a lo largo de tres emocionantes eliminatorias que han dado lugar a las cuatro finalistas: El caminoLos santos inocentes, Cien años de soledad y Crónica de una muerte anunciada. Ninguna necesita presentación pero, por si te sirve de ayuda a la hora de votar, te ofrecemos un breve comentario de cada una de ellas.

 


"A su hermana, la Régula, le contrariaba la actitud del Azarías, y le regañaba y él, entonces, regresaba a la Jara, donde el señorito".


"Es uno de los libros que menos tiempo me costaron. Me salió solo. Un día escuché en mi cabeza la voz del Azarías, su forma de llamar al grajo, su milana bonita, y desde ese momento supe que habría una historia. Me limité a seguirle por la Jara y a observar sus pequeñas industrias. El resto era fácil. Me bastaba situar a ese hombre en una época y en un lugar concretos, en un entorno obtuso de relaciones casi feudales. Rodearle de otros personajes y dejar que fuese surgiendo la trama". Así explicó Miguel Delibes el proceso de creación de Los santos inocentes, una novela realista, brutal y cruda sobre el mundo rural de los años 60, un universo en el que encontramos dos realidades contrapuestas: la de los señoritos y la de los sirvientes. Aquéllos, ricos y poderosos, no tienen reparos en oprimir y humillar a los sirvientes. Éstos, analfabetos y pobres, no tienen más remedio que plegarse a los caprichos de los terratenientes aunque ello les suponga renunciar a su naturaleza humana para llegar a convertirse en simples perros. Y, entre ambos, el Azarías, espíritu libre, feliz en su aparente ignorancia.

Delibes no nos ahorra detalles en su narración, por muy desagradables o duros que puedan ser. Esto unido a la perfecta recreación del lenguaje rural y a la forma de estar escrito, sin signos de puntuación (excepto las comas) y separando el texto en una serie de estrofas, ayuda a crear una densidad ambiental que sirve de marco perfecto para la historia.

Una novela excepcional, en resumen, cuya grandeza se vio aumentada por la brillante adaptación cinematográfica realizada por Mario Camus en 1984 y protagonizada, entre otros, por Francisco Rabal, Alfredo Landa y Juan Diego.

Han dicho de Los santos inocentes...

Sergio Ramírez: Es una novela construida con la argamasa de la realidad, que asciende hacia una parábola que podría parecer maniquea, los buenos literalmente abajo, los malos literalmente arriba, pero no lo es.

Santiago Roncagliolo: Los santos inocentes me enseñó que los grandes escritores, cuando escriben sobre su lugar, escriben sobre todos los lugares.


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