Mi opinión personal es que la carrera literaria de Camilo José Cela acaba en 1951, año en el que publica La Colmena y ya tenía en el mercado La familia de Pascual Duarte y Viaje a la Alcarria. Y, ojo, que sólo con esas tres obras ya me parece digno ganador del Premio Nobel, pues son libros notabilísimos desde todo punto de vista. Pero, a partir de ese año, la nada cada vez más vacua impregna su creación.
Once cuentos de fútbol fue publicado en 1963, y es fruto de ese esperpento involuntario en el que va cayendo el autor. Me parece un ejercicio de autocomplacencia vacía. Como los figurines de gimnasio que se pasan el día admirando su escultural corchopán corpóreo delante del espejo. Fútbol, poco y escondido entre capas hojarasca. Se supone que está, como su nombre indica, formado por once historias cortas en las que mezcla, con estilo ¿surrealista? delanteros, filósofos, autores clásicos, quinielas y gastronomía. ¿Lo mejor del libro? Que sólo mé costó dos euros y que apenas tiene 120 páginas.
Ni siquiera lo vi digno de incluirlo entre las donaciones que a veces hago a la biblioteca pública, por lo que lo dejé abandonado en la estación de tren con la esperanza de que cayera en manos de mi peor enemigo.
Comentarios
Publicar un comentario