España 82: el mundial del arte

La Copa del Mundo de Fútbol es siempre un acontecimiento que sirve como escaparate al país organizador. En muchas ocasiones esto se ha utilizado de forma negativa como acto propagandístico a mayor gloria del tirano de turno, como sucedió en Italia 1934 o en Argentina 1978. Como podemos ver, lo de la FIFA y el blanqueamiento de regímenes a cambio de dólares o francos suizos viene de lejos pero, no por repetido, deja de ser sonrojante. Y el penúltimo capítulo lo vamos a vivir en la inminente cita de Qatar 2022.

 Pero también ha habido ocasiones en las que el torneo llega al lugar y en el momento más oportuno, como sucedió con España en 1982. El país se abría al mundo después de cuarenta años de dictadura y encontró en la organización del Mundial la ocasión perfecta para mostrar su renacer. Se quiso ofrecer una imagen de país moderno, en desarrollo y decidido a olvidar la rancia lobreguez franquista. Para ello los organizadores tuvieron la gran idea de encargar a Joan Miró la realización del cartel oficial. El mallorquín, ya en la recta final de su vida, era uno de los artistas españoles más conocidos y respetados globalmente y su estilo casaba a la perfección con el sentido de fiesta y de luz que se pretendía trasmitir, así que en 1980 se le encomendó la tarea, dando lugar a un ya mítico cartel que tuvo por título, como no podía ser de otra manera, La Fiesta


Se trata de una obra al más puro estilo mironiano que representa a un futbolista en el momento de saltar para rematar de cabeza una luna roja que haría las veces de balón, todo ello enmarcado con la grafía de España 82 y con predominio de los colores rojo y amarillo de la bandera y el verde del césped.

Pero la organización fue más allá y encomendó a otros catorce importantes artistas de la época la realización de los carteles correspondientes a cada una de las catorce sedes que iban a albergar la cita mundialista, dando lugar a un amplio catálogo de lo mejor del arte internacional de principios de los ochenta. Estas obras se presentaron en sociedad en 1981 y, si te apetece acompañarme, aquí las tienes recopiladas.

Alicante
Regates (Pierre Alechinski)

Alechinski (Bruselas, 1927), pintor, grabador y teórico del arte, inició su carrera artísitica en 1947. Formó parte del grupo CoBrA, que manifestaba su preferencia por la espontaneidad en el arte y en contra del encorsetamiento de las teorías vigentes. En 1951 se traslada a París y entra en contacto con la técnica del grabado y con los surrealistas. En 1984 fue galardonado con el Gran Premio Nacional de las Artes y las Letras de París. Creó este cartel dejando botar un balón embadurnado en pintura sobre un fondo verde y amarillo hasta formar la silueta de un futbolista.
Barcelona
Chut (Antoni Tàpies)

Antoni Tàpies (Barcelona, 1923 - 2012) abandonó los estudios de derecho para dedicarse al arte, campo en el que destacó hasta convertirse en uno de los principales creadores del siglo XX. El surrealismo marcó sus primeras obras, pero pronto se decantó a otros terrenos, experimentando con las texturas e incluyendo en sus obras laceraciones, grietas y fragmentos de distintos elementos materiales. Su estilo, personal y no siempre bien entendido, entronca con el informalismo y el expresionismo abstracto americano. Para este cartel opta por las siluetas del pie de un futbolista y un balón marcados con un grueso trazo negro sobre una hoja de periódico. La cruz sobre el balón es un elemento simbólico recurrente en su obra que, para él, representa el enigma.
Bilbao
Despeje (Eduardo Chillida)

La vinculación de Chillida (San Sebastián, 1924 - 2002) con el fútbol viene de lejos, pues en su juventud fue portero de la Real Sociedad hasta que una lesión le obligó a retirarse. Destacó sobre todo en el campo de la escultura, pero tampoco desdeñó otras variantes artísticas como el grabado o el dibujo. Posiblemente se valió de su experiencia como arquero para el diseño de este cartel, en el que aparece un puño en el momento de realizar un despeje. Para Chillida las manos tenían una gran importancia plástica y eran un elemento común en su obra, utilizando las suyas propias como modelo. Su hijo Luis recuerda de su padre que "dibujaba a mano alzada, sin apoyarla en el papel, para lograr la inmediatez del cerebro con la punta del lápiz". Quizá por eso sus trazos nos parezcan poco firmes e inseguros.
La Coruña
Caleidoscopio (Erró)

Bajo ese pseudónimo se encuentra el islandés Gudmundur Gudmundsson (Olafsvik, 1932). Cuentan que a los 10 años cayó en sus manos un catálogo del Museo de Arte Moderno de Nueva York y a partir de ese momento el virus del arte entró para siempre en su organismo. Comenzó su formación en la escuela de arte de Reykjavik para completarla posteriormente en Oslo, Florencia y Rávena y complementarla con viajes por España, Alemania o Francia, país éste último (concretamente en París) en el que acabó fijando su residencia. Ha participado en cientos de exposiciones y sus obras pueblan algunos de los mejores museos del mundo. Desde 2001 puedes visitar en la capital islandesa su museo.
Elche
La Dama y el aduanero (Jiri Kolar)

Artista conceptual y poeta surrealista, Kolar (Protivin, Bohemia del Sur, 1914 – Praga, 2002) realiza su primera exposición en 1937. Se trataba ya de unos collages, técnica con la que adquirió fama mundial. A lo largo de su vida desarrolló originales técnicas creativas no sólo en el campo de la representación plástica, sino también de las letras, como el rollage o el froissage entre otros. Comprometido contra el régimen imperante en Checoslovaquía, a finales de los 70 se marchó a estudiar a Berlín Occidental y no regresó, estableciéndose en Francia hasta 1996. En el cartel fusiona un cuadro de Rousseau con la emblemática Dama de Elche.
Gijón
La red (Gerard Titus-Carmel)

Pintor, grabador, escritor y dibujante, Titus Carmel (París, 1942) participa desde 1964 en numerosas exposiciones, individuales y de grupo, alrededor de todo el mundo, cosechando abundantes galardones en ellas. Representante del arte conceptual (y más en concreto del Land art), explora el espacio que separa al objeto de su imitación. Trabajó largo tiempo con Vladimir Velickovic, otro de los autores elegidos como cartelista de este Mundial, con el que compartía taller.
Madrid
El portero (Eduardo Arroyo)

Pese a permanecer exiliado en Francia muchos años (de 1958 a 1976), la obra de Eduardo Arroyo (Madrid, 1937 - 2018) siempre se mantuvo, por influencias y temáticas, apegada a España y cargada siempre de unas altas dosis de ironía, crítica social y compromiso político. En 1963 expone sus retratos de los Cuatro Dictadores (Hitler, Mussolini, Franco y Salazar) en el espacio dedicado por la III Bienal de París a la denuncia del totalitarismo y la represión. También se mostró muy crítico con las vanguardias artísticas, a las que entiende como una prolongación de la moda y, por tanto, algo a lo que combatir. En este cartel la imagen de un portero de espaldas alude a la soledad del guardameta.
Málaga
La Copa (Roland Topor)

El polifacético Roland Topor (París, 1938 - 1997) cultivó la ilustración, la pintura, la poesía, el cine, la escenografía y la escritura, y en todos los campos con gran éxito. En 1962 crea el movimiento Pánico junto a Fernando Arrabal y Alejandro Jodorowsky entre otros que, según sus creadores, es una expresión artística que pretende anunciar la locura controlada como supervivencia ante una sociedad en crisis de valores. En el cartel que realiza para el Mundial se retrata a sí mismo propinando un testarazo a la Copa del Mundo.
Oviedo
De volea (Pol Bury)

Pintor, escultor e ilustrador, Pol Bury (Haine Saint Pierre, Bélgica, 1922 - París, 2005) dio sus primeros pasos en el surrealismo, participando junto a (entre otros) Magritte en la revista La invención colectiva. Tras un fugaz paso por el grupo CoBrA, durante los años cincuenta traba conocimiento con Calder y se centra en la escultura. Participa de la corriente cinética y enriquece sus creaciones añadiendo a las mismas motores para dotarlas de movimiento. En 1961 se instala en París. Con un estilo que puede recordar a Andy Warhol y el pop art, plasma en este cartel una imagen del mítico Ferenc Puskas controlando un balón repetida en distintas tonalidades y grados de definición.
Sevilla
La multitud (Antonio Saura)

De formación autodidacta, la obra de Antonio Saura (Huesca, 1930 - Cuenca, 1998) evolucionó desde el surrealismo inicial al informalismo pasando por la abstracción. El Grupo El Paso, que forma junto a Rafael Canogar y Manuel Miralles, supone un soplo de aire fresco para el arte en España que, después de veinte años anquilosado, se abre a una nueva etapa de vanguardismo libre y audaz. Su obra se caracteriza por el monocromatismo, con el negro como protagonista principal. Saura opta por poner el foco de su cartel en la afición como masa anónima.
Valencia
Alegoría (Valerio Adami)

Formado en la Academia Brera de Milán, Valerio Adami (Bolonia, 1935) comienza su carrera en el expresionismo, pero pronto deriva a un particular estilo de colores planos y contornos negros que le hará mundialmente famoso y uno de los más importantes representantes de la Nueva Figuración. En este cartel se aprecian los elementos característicos de su obra, con una estética que fusiona corrientes tan separadas en el tiempo como el futurismo y el Pop art, escogiendo en esta ocasión los colores rojo y amarillo en honor al país anfitrión.
Valladolid
Unas tijeras (Vladimir Velickovic)

Aunque afincado en Francia, Velckovic (Belgrado, 1935 - Split, 2019) manuvo siempre una fuerte relación con su tierra. Fue profesor de la Escuela de Bellas Artes de París durante dieciocho años, miembro de la Academia de Bellas Artes de Paris y condecorado con la orden Caballero de la Legión de Honor y Comendador de las Artes y las Letras, lo que nos da una idea de una destacada carrera artística jalonada, además, por múltiples galardones. Una característica fundamental de su obra es la violencia que expresa tanto en temas como en estilo. Para este cartel escoge el momento justo en el que un futbolista se está preparando para efectuar un remate de tijera.
Vigo
El delantero centro (Jaques Monory)

La obra de Monory (París, 1924 - 2018) se caracteriza por la limitada paleta cromática que emplea, reducida a los colores primarios, y la gran influencia de la fotografía y el cine en su producción pictórica. No en vano, fue también director de cine. En ella pretende plasmar la violencia cotidiana que envuelve al ser humano ofreciéndonos un retrato (en ocasiones bastante pesimista) de la sociedad contemporánea. En su cartel plasma, con gran dinamismo, a dos jugadores disputándose un balón.
Zaragoza
El dios del estadio (Jean Michel Folon)

Aunque arquitecto de formación, el belga Folon (Uccle, 1934 - Mónaco 2005) se decantó muy pronto por el dibujo y se hace un nombre como ilustrador de tiras humorísticas en prensa. En los años sesenta añade color a sus creaciones y alcanza la fama en todo el mundo como cartelista e ilustrando portadas de revistas. A lo largo de su vida produce una gran cantidad de grabados y serigrafías y se interesa, además, por la tapicería, la escultura y la elaboración de decorados teatrales. Aquí en campo de fútbol adopta la forma de un humanoide que sostiene, casi como una ofrenda, un balón en su mano.

Fuentes

circulodebellasartes.com

galeriabat.com

mchampetier.com

cihefe.es

 

 

 

 

 

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