Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes del despertar (Salvador Dalí)

 


Dalí escribió que esa pintura era la representación de algo que Freud explica en el primer capítulo de La interpretación de los sueños: que, a veces, los estímulos exteriores pueden desencadenar un sueño inmediatamente antes de despertarnos, y, lo que en la realidad es un instante, en el sueño se puede convertir en una historia muy larga. Freud cita la historia de un colega suyo que narra cómo, estando dormido, se le cayó una varilla encima del cuello y entonces, antes de despertarse, en unos pocos segundos, tuvo tiempo de soñar que le pasaban un gran número de acontecimientos que terminaban con su decapitación en la guillotina.

Gala está dormida, desnuda, en la playa de Port Lligat. Cerca de ella hay una granada y, alrededor de esa granada, empieza a volar una abeja. El ruido de ese vuelo desencadena en la Gala durmiente toda una compleja fantasía que está reflejada en la gran granada, el pez, los tigres y el fusil, cuya bayoneta la amenaza como la picadura de una abeja.

El cuadro tiene una estructura compositiva simple, dividida por la línea del horizonte. Lo que hay por debajo es la realidad tangible. Lo que hay por encima es lo que esa realidad genera al proyectarse en el sueño, de modo que la granada real se convierte en una granada gigante y la abeja en los tigres. El tigre no es más que un desarrollo onírico de la abeja, mientras que el aguijón se desarrolla como bayoneta. El cuerpo desnudo de Gala y la propia granada están levitando. Así pues, ¿es en realidad lo que hay por debajo del horizonte la realidad tangible? Quizá lo que Dalí cuenta es cómo él sueña que Gala, a su vez, sueña este sueño. Gala es la soñadora de eso que tenemos por encima de la línea del horizonte, pero ese cuerpo de Gala no es real tampoco, está suspendido en el aire, está soñado por Dalí, al igual que la granada. Sería, pues, un sueño dentro de otro sueño.

Los elementos del cuadro están llenos de connotaciones simbólicas. Dice Freud en La interpretación de los sueños que, en los sueños, las fieras salvajes suelen representar la libido en su estado más puro. El tigre es la libido que brota de la granada (que, a su vez, es un símbolo de la fecundidad), describe ese arco y va a picar, en una metáfora más que evidente, a la desnuda Gala.

Por último tenemos los elefantes. Al margen del simbolismo fálico de sus trompas, los elefantes simbolizan la fuerza, una fuerza que se ve comprometida por la fragilidad de sus patas como de flamenco o de araña.

 
Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes del despertar
Salvador Dalí
1944
Óleo sobre tabla
Museo Thyssen (Madrid)

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