De Stoker a Calderón

Vale, con el sol veraniego derritiendo nuestra neuronas cual bolitas de mantequilla quizá no sea un buen momento para rompecabezas, pero he creado un blog en época de podcasts, youtubers y tiktokers, así que no me pidáis sensatez. Por eso os propongo un reto literario para que pongáis en funcionamiento la reblandecida mollera estival ¿Sabéis cuál es el nexo que une a Bram Stoker con Calderón de la Barca?

Si esto fuera el crucigrama de un periódico (periódico: cuadernillo de papel, de hojas bastante grandes y generalmente sin grapar, que la gente utilizaba para informarse en tiempos pre-tuíter)  os diría que la solución aparecerá en el próximo número, pero no soy tan malo. Te animo a que pienses un poco tu respuesta pero, no obstante, si eres un ansias y quieres conocerla ya, no tiene más que seguir leyendo.

El irlandés Bram Stoker, compaginó siempre la escritura con su trabajo en prensa. Ya desde sus primeras creaciones mostró un particular interés por el terror y el misterio.  Reservado y de carácter distímico, escribió Drácula, en 1897, en plena depresión y, pese a lo que se pudiera pensar dada la repercusión que tuvo con posterioridad, en su momento el libro pasó desapercibido. Probablemente llegó demasiado tarde, cuando el auge de la novela gótica, tan en boga en las Islas Británicas desde finales del siglo XVIII y que tantas joyas nos deparó, ya había pasado. De hecho, Stoker falleció en 1912 pobre, ignorado y sin llegar a disfrutar de los frutos de su trabajo. El reconocimiento a título póstumo le llegó diez años después, cuando...

... F.W. Murnau, director alemán y uno de los maestros del expresionismo, se inspiró en su novela para crear la que es considerada primera película de vampiros la historia del cine. Murnau no siguió al pie de la letra el relato de Stoker y, para evitar pagar derechos de autor, tampoco utilizó el nombre de Drácula (aunque al final tuvo que pasar por caja tras la demanda por plagio de la viuda del escritor, pero esa es otra historia). En su lugar, bautizó a la criatura como conde Orlok y, a su película, Nosferatu. No vamos a entrar aquí a diseccionar la película ni los recursos técnicos y artísticos que la convierten en una obra de arte. Sólo diremos que no habría sido lo mismo sin el carisma de su protagonista...

... Max Schreck. Poco se sabe de la vida de este actor alemán, del que se llegaron a elaborar todo tipo de teorías magufas, incluida la de que se trataba de un auténtico vampiro. Lo que sí sabemos es que desarrolló su carrera entre 1902 y 1936, fecha en la que falleció de un infarto, y que  trabajó en la prestigiosa compañía de teatro de Max Reindhart, antes de introducirse en la incipiente industria cinematográfica. Hay quien sostiene que su auténtico nombre era Alfred Abel y que lo de Schreck era un seudónimo muy apropiado, por cierto, teniendo en cuenta que, en alemán, significa susto. Su primer papel en el cine (al menos el primero del que se tiene constancia, ya que mucha de su filmografía ha desaparecido) fue interpretando a Don Mendo en la adaptación que Ludwig Berger dirigió en 1920 de El alcalde de Zalamea, uno de los más famosos dramas de...

... Calderón de la Barca. Aunque ahora nos sorprenda, lo cierto es que durante finales del siglo XIX y principios del XX los dramaturgos españoles del Siglo de Oro, en especial Calderón, tenían mucha aceptación en Alemania, puesto que sus obras eran muy del gusto de la burguesía germana. De ahí a que fueran llevadas al cine, había sólo un paso, y éste se dio más de una vez. Como señala Simon Kroll, de la Universidad de Viena, sus obras pudieron "servir a ideologías políticas radicalmente opuestas como autor de referencia", hasta el punto de que en la Alemania nazi y en la RDA se hicieron sendas versiones cinematográficas de El alcalde de Zalamea ensalzando en cada una de ellas los valores que los respectivos regímenes propugnaban. En cuanto a la adaptación que realizó Ludwig Berger, anterior a estas dos, Max Schreck interpreta a Don Mendo, personaje secundario que parodia la figura del hidalgo español.

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