El aventurero Simplicissimus (Grimmelshausen)



"No hay nada más estable en el mundo que la inestabilidad"

Se tiende a pensar que la novela picaresca fue un género exclusivamente español pero, aunque es cierto que aquí floreció con mayor fuerza, también echó raíces en otros lugares con más o menos influencia del ejemplo hispano. Así, durante los siglos XVII y XVIII encontramos Historia de Gil Blas de Santillana, del francés Lesage, Tom Jones, del inglés Henry Fielding, Tristam Shandy, serie de novelas del irlandés Laurence Sterne o la que nos ocupa hoy: El aventurero Simplicissimus, de Hans Jakob Christoffel von Grimmelshausen.

Este señor de nombre tan sencillito es considerado uno de los escritores alemanes más importantes e influyentes siglo XVII, y publicó un total de seis libros protagonizados por Simplicius Simplicissimus, cinco de los cuales  se han traducido al castellano por Jorge Miracle y son los que aparecen recopilados en este volumen.

Grimmelshausen, que había sido soldado en la Guerra de los Treinta Años, toma como base sus experiencias en esos convulsos tiempos para mostrarnos las andanzas del joven Simplicius, al que los avatares de la guerra separan de su familia y obligan a vagar buscándose las habichuelas. Su peregrinaje comienza viviendo en el bosque con un ermitaño y, tras la muerte de éste, se lanza a un mundo en guerra del que se convierte en partícipe combatiendo en uno u otro bando según las circunstancias Ingenuo hasta rallar en la estulticia (de ahí el nombre), la necesidad va haciéndole espabilar y en sus correrías, pasa de la más absoluta pobreza a la rebosante riqueza y viceversa tantas veces como vueltas da la rueda de la fortuna.  

Estas aventuras y desventuras permiten a Simplicius conocer la auténtica naturaleza humana que se le acaba revelando en toda su amargura. Retirado del mundo, Simplicius ha completado un viaje que le ha llevado alrededor el mundo y, lo que es más importante, desde la ignorancia a la sabiduría, y afirma que "durante este tiempo crucé mares y tierras, visité pueblos y razas extrañas, pero siempre pude observar en ellos más maldad que bondad". Un poco antes, en el capítulo once, nuestro protagonista hace un viaje a las profundidades de un lago y describe con ácida ironía a los personajes que allí habitan cómo son los diferentes estratos sociales en la superficie y cómo ninguno se salva. 

Grimmelshausen se sirve de Simplicius para adentrarse en el alma humana, corrompida por (o quizá causa de) uno de los periodos más devastadores de la historia de Europa. No se trata, no obstante, de un retrato histórico, sino de una radiografía atemporal de nosotros mismos como sociedad que no nos deja en muy buen lugar.

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