El extranjero (Albert Camus)


 
Publicada en 1942, El extranjero fue su primera novela, y es tan grande que, aunque ya no hubiera escrito nada más en su vida, Albert Camus (1913-1960) seguiría en el Olimpo de los grandes de la literatura.

El comienzo es demoledor. En unas pocas páginas, y ya de entrada, conocemos a Mersault, un hombre que se muestra ajeno a todo lo que le rodea, incluso a la muerte de su propia madre. Ésta le perturba más por las molestias que le causa que por el fallecimiento en sí, ante la sorpresa de todos. El caso es que Mersault se ve implicado en un problema que atañe a su vecino y acaba matando a una persona. A partir de aquí asistimos a un proceso judicial en el que somos testigos de que lo que se juzga en realidad no es el asesinato sino el comportamiento existencial del protagonista, y también vemos cómo éste lo vive como si la cosa no fuera con él, sin tomarse siquiera el esfuerzo de defenderse y aceptando con indolencia su sentencia a muerte. Porque a fin de cuentas, y como repite varias veces, todo el mundo acaba muriendo y qué importa hacerlo veinte años antes o después.

Máximo exponente del existencialismo, Camus es un ateo convencido que piensa que, por mucho que los humanos nos empeñemos en dárselo, la vida carece de sentido. En algún momento esta contradicción se nos muestra con toda su crudeza y nos encontramos inmersos en una crisis existencial que nos golpea y desordena. Esto se muestra claramente en El extranjero, donde nos encontramos a un Mersault que no es más que un monstruo moral producto de una sociedad absurda y alienante. Según el profesor y crítico literario Adolfo Torrecilla, nada llama la atención al hombre actual. No cree en la comunidad ni en la política ni en la religión. Su dramático atractivo es su persistente indiferencia. Así, para Mersault, nada tiene importancia pues su vida no tiene sentido. Lo que sigue sorprendiendo es su radical pasividad y su total ausencia de valores. Su desidia puede ser la del hombre del siglo XX, que no acaba de encontrar su sitio en el mundo y que desconfía de las grandes ideologías redentoras.

Uno de los factores que convierten a El extranjero en una novela inmortal es que ochenta años después de su publicación sigue de innegable actualidad, como si el ser humano no hubiera avanzado nada en todo este tiempo. El hombre que expone Camus es el de hoy día también, un hombre abocado a una existencia plana y absurda. Pero tranquilos que pese a todo, según el pensamiento de Camus, hay sitio para la esperanza. Ante la pregunta de qué significado tiene realmente la existencia, opina que el objetivo es la búsqueda de la verdad, que un hombre que defiende la verdad, su verdad personal, es un extranjero en la sociedad en la que vive, pero un extranjero con motivación.

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