En Vista y plano de Toledo, El Greco añade tres elementos no realistas en la composición: a la izquierda, en primer plano, una alegoría del río Tajo representado al estilo romano, como un joven con un cántaro. En el centro, en lo más alto, sobre la aguja de la Catedral, la Virgen que baja de los cielos rodeada por un grupo de ángeles para imponer la casulla al patrón de la ciudad. Y, a la derecha, el hijo del pintor, Jorge Manuel, sostiene un plano de Toledo de tal rigor que se ha utilizado a veces en estudios urbanísticos. En esa época, un plano como este sólo lo sabían hacer los mejores ingenieros. Está orientado con el Sur hacia arriba y el Norte hacia abajo para hacerlo coincidir con la imagen pictórica, de modo que el Hospital Tavera queda en primer plano, probablemente porque este fuera un encargo de su administrador Pedro de Salazar y Mendoza. Además, el Hospital, que aparece sobre unas nubes, ha sido girado de manera que la fachada que presenta es la principal, la que en realidad da a la ciudad. También la Catedral aparece desplazada por al artista (que la sitúa a la izquierda del Alcázar) ya que, de otro modo, se habría quedado fuera del encuadre.
Este cuadro es enormemente complejo porque en él conviven distintas consideraciones de la ciudad sin que la una excluya a la otra. Para empezar, la visión de conjunto se ha manipulado para que el Hospital quede en el centro del triángulo formado por los tres elementos añadidos que, además, representan el plano pagano, el religioso y el científico. Para lograr esto, no ha dudado en alterar el emplazamiento real de los diferentes monumentos representados y generar, mediante el montaje, una imagen imposible desde cualquier punto de vista. Por eso se considera al Greco como uno de los pioneros del montaje que, siglos después, tanta importancia tendría en otras artes como el cine.
Óleo sobre lienzo
1610-1614
Museo del Greco (Toledo, España)
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