¿Heidi is better than Sherlock?

El sábado (6 de julio), en el partido de cuartos de final de la Eurocopa entre Suiza e Inglaterra se produjo una de esas cositas que me gustan porque combinan fútbol y litetatura, dos mundos que, por otro lado, siempre he pensado que están más cerca de lo que algunos pueden creer. El caso es que en la zona del estadio ocupada por los aficionados de la selección helvética había una pancarta en la que, con el propósito de retar a los hijos de la Gran Bretaña, se podía leer "Heidi is better than Sherlock". Heidi es mejor que Sherlock. 


 Es cierto que, en España, la imagen que tenemos de Heidi es la de la serie de animación japonesa que traumatizó e hizo llorar a partes iguales a los niños nacidos en los años 70. Niños que hoy peinan canas (con suerte) y cuyas tardes transcurrían entre meriendas de pan con chocolate y los dramas de esta chiquilla por los Alpes. Pero en Suiza Heidi es todo un emblema nacional a la altura de los relojes, el chocolate o los bancos. Y es que antes de ser un dibujo animado Heidi fue un personaje literario que, parido por la pluma de la escritora suiza Johanna Spyri (1827-1901), vio la luz en 1879. Su éxito fue tal que dos años después publicó la segunda parte y ambos libros proporcionaron a su creadora una vejez de fama y parné. 

Siempre se ha pensado que la Spyri se basó en su propia infancia para dar vida a la pequeña Heidi. Sin embargo, el germanista Peter Büttner lleva unos años defendiendo la tesis de que la autora se inspiró en el relato "Adelaida, la niña de los Alpes" escrito en 1830 por el alemán Hermann Adam von Kamp. Pero, dejando a un lado eso y el inadmisible acto de provocación que supone la mencionada pancarta, se trata de una comparación que no se sostiene en absoluto. Sherlock es mucho, pero mucho, mejor que la repelente niña suiza, y eso que de repelencia también iba bien servido el insigne inquilino del 221B de Baker Street. Pero, hombre, por favor. Y me reto en duelo al amanecer con cualquiera (suizo o no suizo) que opine lo contrario. 

Por cierto, que por si hiciera falta confirmación a mi tesis, el partido lo ganó Inglaterra. ¡Elemental!

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