El no poema de Bertolt Brecht

Primero vinieron por los socialistas, y guardé silencio porque no era socialista.
Luego vinieron por los sindicalistas, y no hablé porque no era sindicalista.
Luego vinieron por los judíos, y no dije nada porque no era judío.
Luego vinieron por mí, y para entonces ya no quedaba nadie que hablara en mi nombre.

Seguro que has escuchado más de una vez este poema. Y seguro que alguien te habrá dicho alguna vez que salió de la pluma del poeta alemán Bertolt Brecht. Pues no. Nein. Ni una cosa ni la otra. Ni se trata de un poema ni Brecht tiene nada que ver con el asunto.

La realidad es que se trata de una cita surgida en los discursos del pastor luterano Martin Niemöller (1892-1984). Es por eso, por su origen oral, y por lo fácilmente adaptable que es a las necesidades de cada momento temporal, que haya tantas versiones de la misma. Niemöller, que en sus inicios simpatizó con la causa nazi, renegó más tarde de ella y tras la Segunda Guerra Mundial se dedicó a denunciar la responsabilidad de los alemanes, cuyo silencio (incluido, admite, el suyo propio y el de las diferentes iglesias) los hizo cómplices de la muerte de millones de personas.

Sea como fuere, en 1993 se inauguró en Boston el Museo Conmemorativo del Holocausto de Estados Unidos y se eligió este texto como recordatorio de lo peligrosas que son la pasividad y la indiferencia.


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