Libro de cabecera para algunos y cursilada infumable para otros, El principito es uno de los libros más populares del mundo y que más ha dado que hablar desde que el aviador francés Antoine de Sanit.Exupéry, lo escribiera en 1943. De hecho, es el libro más traducido de todos los tiempo sólo por detrás de la Biblia. Por desgracia, su autor no llegó a ver la repercusión que adquiriría su retoño literario porque, apenas un año después, desaparecería mientras pilotaba un avión. Unos días después se encontró un cuerpo cerca de Tolón que se asumió que era el de Saint-Exupéry y que se había suicidado, aunque sigue siendo un misterio todo lo relacionado con su desaparición. Pero, en cualquier caso, eso se escapa del propósito de esta entrada.
La historia de El principito comienza con un aviador que tiene una avería en su aparato en pleno desierto del Sáhara y, mientras lo está reparando, recibe la visita de un extraño niño con el que establece una conversación en la que el chico le explica su vida en su minúsculo asteroide y su llegada a la Tierra. En su periplo conoce varios planetas: uno habitado por un borracho que bebe para olvidar la vergüenza de ser un borracho, otro por un hombre de negocios rico en estrellas, otro por un rey sin súbditos y otro por un vanidoso sin admiradores y, así, llega a la Tierra. Aquí aprende el valor de la amistad gracias a un zorro, pero también se sorprende por algunos comportamientos humanos que resultan absurdos a sus ojos, como por ejemplo las prisas de la gente por llegar a ninguna parte. Antes de partir de regreso a su lugar de origen, donde debe cuidar de una flor a la que dejó abandonada, revela al aviador su secreto (o más bien consejo vital): únicamente se ve bien con el corazón, porque lo esencial es invisible a los ojos.
Como decía al principio, El principito suscita tanto amor como odio y en mi caso, sin llegar al apasionamiento, la flecha oscila más hacia lo primero que hacia lo segundo. Me parece un libro cargado de gran belleza y lirismo que puede ser leído en distintas épocas vitales y del que siempre puede sacarse algo, ya sea mero entretenimiento o temas para la reflexión. Aquí dejo algunas frases entresacadas del libro que he anotado en mi cuaderno de bitácora porque me han hecho detener en ellas la lectura para pensar sobre su significado:
- Las personas mayores, todas, fueron antes niños (a pesar de que pocas de ellas lo recuerden).
- Es mucho más difícil juzgarse a uno mismo que juzgar a los otros.
- Les falta imaginación a los hombres, sólo repiten lo que se les dice.
- Aunque vayamos a morir, es bueno haber tenido un amigo.
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