El Acueducto de Segovia

 

 

Cuando uno piensa en Segovia lo primero que se le viene a la cabeza (con permiso del cochinillo) es el acueducto y, aunque esto hace que no se sea del todo justo con una ciudad que ofrece otros muchos atractivos dignos de mención, lo cierto es que su imponente silueta configura una de las estampas más bellas que podemos encontrar en España.

Construido en granito en el I d.C.  a base de sillares sentados a seco (o sea, sin argamasa que los aglutine), tiene treinta metros de altura en su punto más elevado y una longitud de 813 metros, buena parte de ellos con doble arquería. Recorrerlo en toda su extensión supone un maravilloso paseo, el cual recomiendo porque, además, huyendo de la plaza del Azoguejo, dejamos atrás las hordas de turistas y tenemos el lujo de disfrutar a solas de los siglos de historia que atesoran sus piedras.

Fotografía: Pedro Rodríguez, 2024


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