El gatopardo (Giuseppe Tomasi di Lampedusa)

 

One hit wonder es un término que define a un cantante que da el pelotazo con una canción y luego desaparece deglutido por las procelosas aguas de la industria. Pues ese concepto, extrapolado a la literatura, es lo que te traigo hoy. Un éxito, además, tardío y sorprendente porque Guiseppe Tomasi di Lampedusa (1896-1957), noble palermitano, nunca había manifestado ningún interés por la escritura hasta los últimos años de su vida. Fue entonces cuando nos regaló esta novela que ya forma parte de la historia cultural europea. 

Y eso que en su momento fue rechazada por todas las editoriales y pasó una temporada durmiendo en un cajón. Según el también escritor Felipe Benítez Reyes, las reticencias a su publicación se debían a que estábamos en una época en la que la literatura estaba experimentando con nuevas formas narrativas que no casaban con el estilo de Lampedusa. Pero en 1958 alguien decidió apostar por ella y su éxito fue inmediato. Por desgracia, para entonces su autor ya había fallecido y no pudo disfrutar de su premio. 

El gatopardo nos cuenta la historia del príncipe Fabrizio, descendiente de la poderosa estirpe noble siciliana de los Salina, que primero intuye y luego es testigo de cómo el mundo que él ha conocido hasta entonces se desmorona. Está ambientada en 1860, en la época de la unificación italiana y, sin entrar en muchos detalles, es obligatorio que la novela haga mención a aquéllos que atañen a Sicilia ya que el momento histórico es crucial para entender la psiqué del protagonista. Además, también sirve para que el autor nos pinte un detallado y más bien sombrío retrato del carácter siciliano. 

Como si estuviera en la calma tensa del ojo de un huracán, viendo cómo todo se mueve a un ritmo vertiginoso a su alrededor, el príncipe Fabrizio observa que los privilegios de su clase están llegando a su fin ante el empuje del nuevo estado moderno italiano impulsado por Garibaldi y de la nueva clase social dominante, la burguesía, que no ha necesitado ni de la etiqueta ni del linaje para desbancar al antiguo régimen.  Tremendamente lúcido (y, quizá por ello, pesimista), el Príncipe es capaz de comprender que, no obstante, la lucha de la Humanidad consiste en "cambiar todo para que nada cambie"; tras cualquier revolución la correa cambiará de manos pero el pueblo seguirá siendo el dócil perro del poderoso. En contraste con la decadencia de Fabrizio está la vitalidad de su sobrino Tancredi, cuyo matrimonio con Angélica, la hija de uno de esos burgueses que empiezan a florecer, simboliza esa unión entre la tradicón y la modernidad.

Es una novela histórica en sentido amplio pero, sobre todo, en un sentido más íntimo, ya que es esto último, los avatares de la familia Salina y las reflexiones de su cabeza de familia, lo que más interesa a su autor que, por otro lado, dotó al protagonista de una importante carga autobiográfica. En la crudeza y el pesimismo vital con el que está narrado el libro, en la maestría con que describe el ocaso del Príncipe, se descubre que estamos ante la obra de una persona que intuye su final y vuelca en ella sus miedos y sentimientos más profundos. Todo ello crea una novela que, no voy a descubrirla yo ahora, es un compendio de sabiduría, sensibilidad, lírica y estilo.

La he leído en la traducción de Ricardo Pochtar.

Comentarios