De aprobados raspados, autores al abordaje y Corín Tellado

Imagen: Ayuntamiento de Alicante

 

Una cosa te digo. Una ciudad de la categoría de Alicante no merece una feria del libro como esta. No sé de quién será la culpa, si del Ayuntamiento por no aportar los recursos necesarios, del organizador por no utilizarlos de la mejor forma o del tejido cultural local por no involucrarse lo suficiente, pero año tras año la feria se mantiene en un nivel de aprobado raspado (siendo generoso) muy lejano del que debería tener dada la importancia de la ciudad y el entorno en el que se desarrolla. Porque el Espacio Séneca sería un lugar excepcional para un evento mucho más vistoso, con más casetas, más actividades y la visita de autores de más lustre. Alicante puede y Alicante debe.

Otra cosa. Cuando voy a una librería me gusta pasear sin prisa rumbo fijo por ella, ojear las estanterías a la espera de que un libro me diga "oye, te elijo a ti para que me lleves a tu casa". Me gusta el librero que no te pregunta qué buscas, porque la mayoría de las veces no busco nada en concreto, que te deja a tu aire y al que puedes recurrir en caso de duda, y detesto al que te atosiga y está pendiente de todos tus movimientos. Pues esto es extrapolable a una caseta de feria, con el agravante de que en la caseta, además de con el librero plasta debes lidiar con el autor al que han sentado ahí para firmar su libro y que permanece agazapado, al abordaje de cualquier incauto que se ponga a tiro para intentar endiñarle su creación. A uno y otro les digo que son para mí como el Autan para los mosquitos, y es una tendencia que cada vez observo más en las ferias y que deberían hacerse ver los implicados porque no creo que sea yo el único al que le incomoda.

Y todavía te voy a decir una cosica más. Como no todo va a ser malo, me sorprendió ver una cola gigante, que daba la vuelta al recinto, conformada en su mayoría por chicas adolescentes con libros bajo el brazo. Estaban esperando a su autora favorita, una tal Inma Rubiales. Hasta ahora no conocía a la susodicha, pero me he documentado un poco y no sé hasta qué punto su literatura es ideal para niñas. Soy de una generación en la que a esas edades leíamos a los Cinco, Julio Verne, Elige tu propia aventura y cosas así, pero supongo que los tiempos han cambiado un poco y, como dijo una vez Pérez-Reverte, lo importante es leer aunque sea a Corín Tellado. Por eso me llevé una pequeña alegría al comprobar que aún hoy, en tiempos de pantallitas, los libros siguen teniendo sitio en las manos de la juventud.

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