Casablanca es la perfección hecha celuloide y Rick Blaine es mi pastor. El personaje para cuya interpretación vino al mundo Humphrey Bogart ha dejado para la posteridad un buen ramillete de diálogos llenos de ingenio, y es a ellos a los que quiero dedicar esta entrada, sin nada más que añadir porque ellos hablan por sí mismos.
Diálogos
- Rick, le hablaste a ese banquero como si toda tu vida hubieras dominado a la banca.
- ¿Y cómo sabes que no fue así?
- La verdad es que eres muy cínico, si me permites que lo diga.
- Te lo permito.
- Me desprecias, ¿verdad, Rick?
- Si llegara a pensar en ti, probablemente sí.
- ¿Dónde estuviste anoche, Rick?
- ¿Anoche? No tengo la menor idea.
- ¿Y qué harás esta noche?
- No hago planes por anticipado.
- Más de una vez me he preguntado por qué no regresa usted a América. ¿Robó fondos de la Iglesia? ¿Se escapó con la mujer de un senador? Quiero creer que mató a un hombre.
- Una combinación de las tres cosas.
- ¿Y por qué demonios vino a Casablanca?
- Por salud. Vine a tomar las aguas.
- Pero aquí no hay aguas.
- Bueno, me informaron mal.
- ¿Cuál es su nacionalidad?
- Soy borracho.
- El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos.
- Sí, es un buen momento.
- No me interesa la política, y los problemas de los pueblos no son de mi incumbencia. Lo mío es un café.
- Mis informes no corroboran esa información. Luchó usted en Etiopía. Combatió al fascismo en España.
- Bueno, ¿y qué?
- ¿No es curioso que siempre estuviera en el bando de los desfavorecidos?
- Me resultó una afición muy cara, pero los negocios siempre se me han dado mal.
Frases
Yo no me juego el cuello por nadie
Un día así no se olvida. Los alemanes iban de gris y tú ibas vestida de azul.
Ya no lucho por otra causa que no sea la mía propia. La mía es la única que me interesa ahora.
Dispara. Me harás un favor.
Si ese avión despega y no estás en él lo lamentarás. Tal vez no ahora. Tal vez no hoy ni mañana, pero, más tarde, toda la vida.
Es fácil comprender que los problemas de tres pequeños seres importan poco en este mundo.
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