Gaspar y Rimbau fue un diplomático y escritor nacido en Madrid en 1842 y fallecido en Francia en 1902. Fue cónsul en Macao, Hong Kong o Marsella, entre otros destinos, y autor de zarzuelas, artículos de prensa, obras de teatro y novelas, en las que despliega no sólo una gran originalidad y valentía, ya que en ellas se atreve a atizar a los políticos (Las personas decentes), a la burguesía (Las circunstancias) o a reivindicar el feminismo (Huelga de hijos). Se trata de un autor que, en mi humilde opinión, habría que redescubrir, y valgan estas líneas como descargo del injusto olvido en el que vive.
Respecto a El anacronópete, cuenta la historia de un astrofísico zaragozano que inventaba un artilugio para viajar con unos colegas en el tiempo. El propio inventor describe así su máquina: "El Anacronópete, que es una especie de arca de Noé, debe su nombre a tres voces griegas: Ana, que significa hacia atrás; crono, el tiempo, y petes, el que vuela, justificando así su misión de volar hacia atrás en el tiempo; porque en efecto, merced a él puede uno desayunarse a las siete en París, en el siglo XIX; almorzar a las doce en Rusia con Pedro el Grande; comer a las cinco en Madrid con Miguel de Cervantes Saavedra -si tiene con qué aquel día- y, haciendo noche en el camino, desembarcar con Colón al amanecer en las playas de la virgen América".
Sus viajes les llevan a la Granada de 1492, la China del siglo III, la convulsa Rávena del siglo VII o a la ciudad de Pompeya justo en el momento de la erupción del Vesubio. Los viajeros quieren llegar al punto de origen de todo, y lo sitúan el el siglo XXX antes de Cristo. Ahí descubren el secreto de la vida eterna, pero también se encuentran con un brusco y trágico final de viaje.
Puedes encontrar el libro en la web de la editorial Gaspar&Rimbau que, además, nos ofrece ediciones muy vistosas que enriquecen, aún más si cabe, la experiencia de la lectura.
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