El anacronópete (Enrique Gaspar y Rimbau)



 Todos hemos escuchado hablar de La máquina del tiempo, la célebre novela de H.G. Wells en la que, subiéndose a la ola del cientificismo emergente en la época, nos contaba las aventuras de un viajero temporal. La obra fue publicada en 1895 y continúa siendo hoy una de las más célebres novelas de ciencia ficción. Sin embargo, pocos saben que ocho años antes un español, Enrique Gaspar y Rimbau, publicó El anacronópete, libro que pasó sin pena ni gloria pero que fue el primero que jugó con ese concepto. 

Gaspar y Rimbau fue un diplomático y escritor nacido en Madrid en 1842 y fallecido en Francia en 1902. Fue cónsul en Macao, Hong Kong o Marsella, entre otros destinos, y autor de zarzuelas, artículos de prensa, obras de teatro y novelas, en las que despliega no sólo una gran originalidad y valentía, ya que en ellas se atreve a atizar a los políticos (Las personas decentes), a la burguesía (Las circunstancias) o a reivindicar el feminismo (Huelga de hijos). Se trata de un autor que, en mi humilde opinión, habría que redescubrir, y valgan estas líneas como descargo del injusto olvido en el que vive.

Respecto a El anacronópete, cuenta la historia de un astrofísico zaragozano que inventaba un artilugio para viajar con unos colegas en el tiempo. El propio inventor describe así su máquina: "El Anacronópete, que es una especie de arca de Noé, debe su nombre a tres voces griegas: Ana, que significa hacia atrás; crono, el tiempo, y petes, el que vuela, justificando así su misión de volar hacia atrás en el tiempo; porque en efecto, merced a él puede uno desayunarse a las siete en París, en el siglo XIX; almorzar a las doce en Rusia con Pedro el Grande; comer a las cinco en Madrid con Miguel de Cervantes Saavedra -si tiene con qué aquel día- y, haciendo noche en el camino, desembarcar con Colón al amanecer en las playas de la virgen América". 

Sus viajes les llevan a la Granada de 1492, la China del siglo III, la convulsa Rávena del siglo VII o a la ciudad de Pompeya justo en el momento de la erupción del Vesubio. Los viajeros quieren llegar al punto de origen de todo, y lo sitúan el el siglo XXX antes de Cristo. Ahí descubren el secreto de la vida eterna, pero también se encuentran con un brusco y trágico final de viaje.

Puedes encontrar el libro en la web de la editorial Gaspar&Rimbau que, además, nos ofrece ediciones muy vistosas que enriquecen, aún más si cabe, la experiencia de la lectura. 


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