James Joyce es uno de los visitantes asiduos de este blog. Qué quieres que le haga. A pesar de sus cositas me encanta su compañía, y por eso le invito cada cierto tiempo. Pero en esa ocasión el insigne irlandés no viene en calidad de escritor, sino para deleitarnos con otra de sus facetas artísticas no tan conocida, pero que también cultivó con asiduidad: la música. Porque resulta que el autor de Ulises era un gran apasionado de la música y tenía grandes dotes para el canto. De hecho, según cuenta la experta en música clásica María Elisa Flushing, estuvo a punto de ganar un concurso de tenores en 1904. También era un buen pianista y llegó a componer varias piezas, como por ejemplo la canción titulada Bid Adieu to Girlish Days. Se trata de una balada sentimental que reflexiona sobre la pérdida de la juventud y la inocencia. La melodía fue compuesta por Joyce en 1915, y la letra es un poema del propio autor que apareció publicado en 1907 dentro de su libro Chamber Music, una colección de poemas de juventud.
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