Benito Pérez Galdós (1843-1920) es uno de los mayores narradores de nuestra literatura, tanto por su calidad como por lo prolífico de su producción. Bailén, publicada en 1873 es, tras Trafalgar, La Corte de Carlos IV y El 19 de marzo y el 2 de mayo (todas ellas publicadas en el mismo año), la cuarta novela de la primera serie de los Episodios Nacionales, la que tiene como protagonista a Gabriel de Araceli y narra la previa y el desarrollo de la guerra de Independencia.
Se trata de una novela cargada de acción, que cuenta como nadie había hecho hasta entonces en España una batalla y que, a la vez, nos sumerge en la historia de amor que desarrolla su protagonista a lo largo de toda la serie. Porque Galdós sigue mezclando con gran maestría realidad y ficción pero, además, entronca con la tradición folletinesca en la trama amorosa, con una serie de enredos y recursos propios del género que permiten a Gabriel seguir el rastro de su amada Inés. Pero siendo esto meritorio, lo que le otorga a Bailén la vitola de gran novela son las minuciosas descripciones que hace de las estrategias de los ejércitos y del desarrollo de la famosa batalla, lo que demuestra el cuidadoso trabajo de documentación que llevó a cabo el autor.
La batalla de Bailén tuvo lugar el 19 de julio de 1808 y supuso la primera derrota en campo abierto en la historia del poderoso ejército napoleónico. Estamos en el inicio de la guerra y las Juntas habían comenzado a reclutar efectivos para hacer frente al invasor ante la pasividad que, en general, había manifestado el ejército español, que había permitido la masacre del 2 de mayo. No es mi intención hacer un análisis histórico, pero esa derrota fue un duro golpe para Napoleón, pues el resto de Europa vio que no era invencible.
Volviendo a lo que nos interesa, Galdós tiene dos aciertos notables en la novela. En primer lugar, en la hábil mezcla, con las dosis administradas con la precisión de un boticario, entre el relato bélico y el sentimental. Y, en segundo lugar que, antes que caer en el recurso de glosar a los grandes generales que intervinieron en la batalla, opta por otorgar el protagonismo coral a los soldados de a pie, que son, a fin de cuentas, los que más ganan o pierden en ellas. Por todo esto, Bailén es, después de Trafalgar, la mejor de las novelas de esta primera serie. Según mi opinión, claro. Si piensas otra cosa, estaré encantado de escucharte.
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