Ramón J. Sender: escritor y barbero

Ramón J. Sender (foto: cvc.cervantes.es)

 Mister Witt en el cantón es una de las novelas más aclamadas de Ramón J. Sender. De hecho, conquistó con ella el Premio Nacional de Narrativa de 1935. Ambientada en la I República Española, narra los acontecimientos que dieron lugar a la proclamación del Cantón de Cartagena vistos a través de la fría mirada de mister Witt, un inglés residente en la ciudad. Pero no es de esta novela en sí de la que quiero hablar hoy (eso lo dejaré para otro día), sino de una anécdota relacionada con ella y que nos hace ver la importancia que puede tener una sola letra. 

La anécdota en cuestión nos la cuenta el propio escritor en el prólogo a la segunda edición de la novela. Según nos dice ahí, la única diferencia entre la primera y la segunda ediciones es una letra. Y es que en la época en la que la que escribió Mister Witt en el cantón Sender reconoce que no hablaba inglés. Por desgracia tuvo ocasión de solventar esa carencia forzosamente poco después, cuando la Guerra Civil que ya se husmeaba y la posterior dictadura le forzaron a exiliarse en México y en los Estados Unidos, donde ejerció de profesor de literatura española. 

Esa única letra de la que hablamos es una "h". Y es que, en un momento de la novela, la banda de Infantería de Marina interpreta el himno del Reino Unido, pero el bueno de Sender lo nombra como God shave the king en lugar de God save the king. De esta forma, por una simple letra, Dios pasaba de salvador a barbero del rey. "Cuando hacía la traducción inglesa el distinguido humanista sir Peter Chalmers Mitchell, profesor de Oxford, que había sido preceptor del rey en su infancia, me escribió diciendo que le había mostrado la página española al rey [Eduardo VIII], que parece que encontró el error muy divertido", nos dice Sender, para continuar, con su humor característico, comentando que "no pocos bienes de la providencia les han sido deseados a los reyes y a los emperadores, pero nunca que Dios los afeite, lo que es una impertinencia inocente, infantil y metafísicamente absurda".

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