La familia de Carlos IV (Francisco de Goya)

 

En la primavera de 1800 y Goya recibió el encargo de pintar un retrato de la familia del rey. El resultado final del cuadro lo conocemos bien: una atípica composición en la que, en lugar de Carlos IV, es la reina el centro de la abigarrada composición. A la derecha está el rey, con la cara y el porte propios del gran e inteligente estadista que era (nótese el sarcasmo), y ataviado con sus mejores galas. Tras él asoman las cabezas de su hermano, el infante Antonio Pascual y su esposa, la infanta María Amalia, a la que Goya pinta de perfil, como en las estelas funerarias romanas porque había fallecido dos años antes. También acompañan al rey, la infanta María Luisa y su esposo, el príncipe Luis de Parma, con su hijo de pocos meses. 

Al otro lado del ring, un paso por delante de los demás está el heredero al trono, el futuro Fernando VII, otro dechado (o más bien deshecho) de sapiencia y gallardía que, con su traje azul adopta la misma postura que su digno padre, aunque en modo espejo. Le acompaña una joven que parece admirar el cuadro que tiene sus espaldas, por lo que no alcanzamos a ver su cara. Este es un hábil recurso del pintor, ya que por entonces aún no se sabía quien iba a ser la afortunada elegida como esposa del joven. Detrás del príncipe aparece su hermano Carlos María Isidro. Con esa carita de no haber roto un plato en su vida, será el responsable de las guerras carlistas que asolarían España de 1833 a 1876 al reclamar para sí el trono a la muerte de Fernando VII y en detrimento de su sobrina Isabel II. Pero esa es otra historia que, mejor que yo, nos contó Pío Baroja en Zalacaín el aventurero.

Volviendo al cuadro, entre las cabezas de Fernando y su misteriosa prometida, asoma la cara de una mujer mayor con un tocado de plumas y un gran lunar pintado en la sien, algo absolutamente demodé incluso para esa época. Se trata de la infanta María Josefa, hermana mayor del Rey. Y nos faltan tres nombres para completar los 14 personajes de este gran retrato de familia. Los dos niños a los que agarra la Reina son, la pequeña infanta Maria Isabel a su derecha y Francisco de Paula, vestido de rojo, a su izquierda.

Pero aún hay alguien más en la estancia, alguien que tuvo que colocar un espejo delante de esa familia para poder pintar este retrato. A la izquierda, con el cuerpo girado hacia un gran lienzo apoyado en el suelo, vemos al propio autor, a Francisco de Goya, que establece así una evidente conexión con otro retrato de una familia real: el que pintó Velázquez casi doscientos años antes y que conocemos hoy en día como Las meninas. 

La familia de Carlos IV 
Francisco de Goya
1800
Óleo sobre lienzo
Museo del Prado, Madrid (España)

Comentarios