Esto no es una pipa (René Magritte)


La primera en la frente. Y es que el título de esta entrada es una mentira. Esta famosa obra del pintor belga René Magritte (1898-1967) no se llama Esto no es una pipa, sino La traición de la imágenes. La pintó en 1929 como un reto porque, al principio, los teóricos del movimiento surrealista, con André Breton a la cabeza, consideraban que las artes plásticas jamás podrían captar la esencia del surrealismo con la eficacia de la literatura en general y la poesía en particular. Partía éste de la base de que un arte que requería una preparación previa del material, como pasa con la pintura, no era apto para atrapar la inmediatez de lo inconsciente con la eficacia de la literatura.

Con un sencillo dibujo y una simple frase, el pintor belga creó una de las obras más enigmáticas de la historia del arte. Lo paradójico es que para crear algo tan complejo partió de lo más simple, ya que su inspiración estuvo en los dibujos y las grafías de las cartillas escolares.

Con su pipa, Magritte, además de dar un zasca a Breton, abrió el camino al arte conceptual, un movimiento explorado más adelante por Marcel Duchamp, Joseph Kosuth o Pietro Manzoni entre otros, en el que los pensamientos inspirados por la obra de arte son más importantes que la obra misma, y cuestionó la verdad de las palabras y las imágenes 

La traición de las imágenes
René Magritte
1929
Museo de Arte del Condado (Los Ángeles, USA)

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