El Jardín de las Delicias (El Bosco). Parte 2 de 4: la tabla del paraíso

Una vez abierto el tríptico, la tabla del paraíso aparece a la izquierda. Lo primero que llama la atención es, en la parte inferior, la charca y su gran diversidad de seres. Es fácil interpretar que no todo en el paraíso es felicidad; la muerte está presente. Así, vemos a un felino que lleva una presa en la boca, a un ser indefinido con pico redondo que se traga un sapo y a un león devorando a un ciervo. Sapos, aves, animales reales o imaginarios y hasta un extraño ser que lee en el agua nos advierten de que, incluso en el paraíso, la armonía no es completa.

Subiendo por la tabla llegamos al tema principal: la presentación de Adán y Eva aunque, en esta ocasión, Eva ya ha sido creada, no surge de la costilla de Adán. Podemos apreciar un detalle importante en Adán: sus piernas están estiradas y los pies cruzados en el punto en que tocan la túnica de Dios. Esta
postura se asocia con la representación de la crucifixión en muchas obras de la época.

Continuando nuestro recorrido, vemos dos árboles. El primero se sitúa al lado de Adán y se interpreta como el Árbol de la Vida. El pecado cometido por Adán y Eva y que supuso su expulsión del paraíso es sugerido por la serpiente enroscada en el otro árbol, una palmera, representante del Árbol del Bien y del Mal. Esta palmera se apoya sobre una roca antropomorfa Más arriba, en el centro de la tabla, encontramos la Fuente de la Vida y, en su interior, una pequeña lechuza que cuesta interpretar ya que, por un lado, podría representar la cultura de la noche, el mal, la locura o la oscuridad. Pero, por otro lado, podría representar la figura de Jesucristo.

De la fuente brotan cuatro chorros de agua, dos a cada lado. A la izquierda se aprecian numerosos animales que acuden a beber: ciervos, caballos e incluso un unicornio. Por el contrario, a la derecha, se pueden ver animales monstruosos saliendo del agua. Todo está ordenado en función del lugar que ocupa; a la derecha del Señor lo bueno y, a la izquierda, lo malo. El río que mana de la fuente nos remite a los cuatro ríos de la tabla central. La continuidad de las tres tablas se produce por el paisaje. En la de la izquierda tenemos montañas con picos y formas extrañas y, alrededor de ellas, una gran cantidad de aves.

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