A Sherlock Holmes o lo amas o lo odias, y yo, amigo mío, me hallo en el primer grupo. En estos días estoy releyendo por enésima vez sus casos, y en concreto los incluidos dentro del libro Su último saludo en el escenario , que incluye siete casos del inefable detective ya en la recta final de su carrera. En Los planos del Bruce Partington (1908) es solicitado por su hermano Mycroft, importante funcionario al servicio del gobierno británico, para que solucione un caso en el que está en juego la seguridad nacional. Y es que los planos secretos de un submarino han desaparecido. En El detective moribundo (1913) la señora Hudson va en busca del doctor Watson para informarle de que Holmes está gravemente enfermo. Cuando llega a su domicilio se encuentra con que, efectivamente, su amigo se encuentra en un delirante estado que le lleva incluso al delirio. No obstante, el detectivo saca fuerzas para encomendarle a su viejo amigo un último favor. El pie del diablo (1910) se desarrolla en un p...
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